16 dic 2009

I’m Wide Awake, It’s Morning (2005)

BRIGHT EYES





El 25 de enero de 2005 salen a la venta dos discos de aspectos y personalidades distintas entre sí, discos hermanos que no constituyen un “disco doble”, sino dos lanzamientos independientes y análogos de la banda de Indie rock oriunda de Omaha, Nebraska, Bright Eyes: el Digital Ash in a Digital Urn, un álbum de electro rock; y el I’m Wide Awake, It’s Morning, una muestra del mejor folk que se ha podido oír en muchísimos años; éste último es del que nos ocuparemos ahora. El disco mayormente acústico de estos Monstruos del folk contiene una estructura narrativa impecable y estimulante, digna de lo más sublime de Lou Reed por un lado o de Dylan por otro. Abriendo este deslumbrante trabajo nos encontramos At the Bottom of Everything, que relata una mini ficción protagonizada por dos extraños a mitad de un accidente aéreo y para cerrar, un juego musical llamado Road to Joy, que se trata de una variación de la Oda a la Alegría de Beethoven. Durante el camino entre estas dos joyas nos podemos topar con la bien elaborada Old Soul Song (For the New World Order), la alegre Another Travelin' Song o la melancólica Poison Oak; pero sin lugar a dudas, la que se lleva las palmas del que por sí ya es un álbum trascendental, es First Day of my Life, una de las canciones de lengua inglesa más bellas que se han escuchado jamás. Disco significativo para la música popular, lo veo también como uno de los grandes clásicos del siglo: un conjunto de canciones reveladoras y contundentes que es un pecado no conocer.

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